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El talento precoz de un diseñador web

Publicado: 2012-01-31

Rolando Murillo es uno de los mejores diseñadores web del Perú. Tiene solo 18 años y 4 de ellos los ha dedicado a diseñar páginas para personas y empresas. Creativo, exigente, inconforme. De niño tenía una inquietud: saber cómo funcionaban las computadoras. Alguna vez me contó que cuando acompañaba a su mamá al trabajo, a la edad de los siete y ocho años, solía quedarse intrigado y maravillado mientras veía a la gente laborando en sus desktops. Eran los tiempos de los monitores CRT y de Windows XP. Eran los tiempos en que el mundo recién descubría Google. Una década parece un corto periodo de tiempo, pero en Internet los productos tienen un esplendor efímero, envejecen rápido, se deterioran al contacto del ojo público. A los once años, Murillo descubrió cómo usar mejor una computadora: no era a través de los chips ni memorias ni cables. Solo había que aprender unas líneas de código HTML e intentar ser un amo del universo.

Rolando pertenece a esa generación Google, post-DOS, que entendió que la web te abre un infinito mundo de posibilidades. Es a raíz de ese abanico de acceso e información que su talento y precocidad afloraron pronto y que le ha permitido tener un conocimiento óptimo sobre HTML, CSS y JavaScript y estar al tanto de lenguajes experimentales como Haml, SaSS y Jinja2. Acceder a Internet a una edad temprana y obtener feedback de los mejores diseñadores del mundo ha sido una bendición y se ha convertido en un reto para él. Confiesa que en algún momento aprendió sus skills del diseñador web Andy Clarke, pero que ahora aprende a cada rato, de cualquier persona, de cualquier página. En su propia web, uno puede ver los clientes con los que ha trabajado, entre ellos startups de Estados Unidos. Pero si uno le pregunta ahora de qué se siente orgulloso, es posible que te suelte un nombre: Coleure. Una aplicación web que te permite seleccionar paleta de colores y copiar el código en formatos HEX, RGB y HSL. Es su primera creación propia, con la misma calidad y la misma ambición que uno puede encontrar en servicios lanzados por diseñadores de startups de Estados Unidos.

Empezaste a diseñar profesionalmente a los 14 años. Ahora tienes 18. ¿Qué te impulsó a crear páginas web a esa edad?

Como mucha gente en este campo te respondería, desde que era pequeño me ha gustado pasar tiempo averiguando cómo es que una computadora puede funcionar. Y es así como terminé haciendo pequeños intentos fallidos de proyectos con amigos en los que me gustaba aparentar que ya eran realidad y pues con ello, fui directamente a la que para mí es la mejor y más rápida manera de vender y comunicar algo: un sitio web.

Hoy diseñas para varias compañías peruanas y startups de Estados Unidos. ¿Qué diferencia notas entre ambos países?

Para mi suerte, en ambos países ha sido casi lo mismo. Las herramientas y tecnologías del oficio son las mismas y siempre se me ha permitido opinar y sugerir. La principal diferencia que podría aportar es la confianza y facilidad de pago que uno tiene en Estados Unidos en comparación de Perú, donde no es necesario tener un RUC y se puede trabajar desde muy joven, así como también la gente está más dispuesta a trabajar contigo por horas.

¿Quiénes son tus referentes en diseño web? ¿A dónde recurres para mejorar tus skills en HTML, JS y CSS?

La verdad que son demasiados en ambos casos. Mencionar nombres sería muy estúpido de mi parte, porque las personas que son más conocidas en este campo son las que menos opinan (a menos que leas sus libros). En un inicio fue Andy Clarke quien me inspiró mucho, pero ahora la verdad que lo puede hacer cualquier persona. Y la inspiración la tengo en Twitter y todos los sitios que voy visitando y capturo en screenshots.

¿Cuál es tu proceso de trabajo cuando diseñas la página web de un cliente? ¿Cómo lidias con sus observaciones?

Definimos un deadline, la forma de pago, y días claves para reunirnos por Facetime, Skype o lo que se le acomode mejor. Generalmente voy de frente al código, y si el caso lo requiere, hago un mockup primero — rara vez wireframes. Eso sí, muchísimos bocetos rápidos (comparables con los dibujos de un bebé) antes de cualquier cosa. Si hay alguna contra-idea mía, desarrollo la del cliente y la propia, para que pueda compararlas y decidir cuál le parece mejor.

Hace poco lanzaste una app llamada Coleure. ¿Cómo fue el proceso de crearla? ¿Qué otros proyectos tienes en camino?

Sí, Coleure definitivamente marca un paso importante en lo que he hecho, pues programé y aprendí bastante, a pesar de ser una aplicación sencillísima. Empezó siendo algo solo para mí, porque yo tenía un archivo PDF con colores Pantone que siempre usaba para inspirarme, pero me incomodaba tener que sacar un selector de colores para copiar el código del color así que en una noche pasé los cuchucientos colores que habían en ese archivo a un Array y luego añadí poco a poco todo lo que quería tener en materia de flexibilidad. Terminé agregando cosas que la gente también me pidió. Pero esto solo es el inicio. Con un amigo hemos unido fuerzas para crear una aplicación web que superará a sus actuales competidores de escritorio. Lo siento pero no puedo decir más al respecto.

¿Cómo describirías tu estilo?

Si te refieres a cómo manejo tiempos y me comunico con mis clientes, pues soy bastante flexible y variado. Si te refieres a cómo diseño, pues trato de ser lo más directo y minimalista posible, pero me encanta experimentar con otras formas de comunicar una idea.

El Kit de Rolando™:

Fireworks para todo lo que CSS no puede hacer.

Sublime Text para que mi vida en el código no sea una desgracia.

El Web Inspector de Safari definitivamente es la voz.

PixFit para calcular medidas en pantalla.

ColorSnapper para seleccionar colores en pantalla.


Escrito por

Edwin Chávez

(Post)estructuralista, narrador sci-fi, cuentista metaliterario, pixel-prototipeador, {css: lover}, poeta [01]nario.


Publicado en

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